El hockey sobre hierba es un deporte en el que cada jugador está provisto de un stick (popularmente conocido en el argot como palo) con el que puede manejar la pelota o bola. El stick de hockey sobre hierba consiste en un mango largo de forma cilíndrica que se transforma en una forma aplanada y finaliza en una pala semicircular con una cara plana y la otra curva. La cara plana se utiliza para poder detener, pasar o golpear la pelota, mientras que no está permitida la utilización de la cara curva. Todos los sticks son similares, aunque presentan ciertas diferencias en lo que se refiere a su longitud (variando en función de la altura del jugador), material del que están compuestos, curvatura, anchura, y peso. Así, por ejemplo, los jugadores que ocupan posiciones defensivas cercanas a la portería suelen utilizar sticks más duros y algo más pesados que los jugadores que ocupan posiciones de ataque en la delantera, donde prima la habilidad en el regate o dribling, y la rapidez. Así mismo, en general los jugadores que utilizan el arrastre o el flick en su juego, suelen jugar con un palo con mayor curvatura (por la mayor potencia que la curvatura del palo proporciona a este golpe). La mayor evolución de los sticks en los últimos años se ha debido a la progresiva utilización de nuevos materiales como fibra de carbono, grafito, y el kevlar, haciendo los sticks más resistentes, ligeros y potentes. El stick del portero suele adoptar formas extrañas diseñadas para satisfacer las necesidades del mismo.
Si queréis más información al respecto podéis encontrarla en el Reglamento de hockey hierba 2013 que ya hemos visto en las anteriores entradas.